Mauricio, un niño ingenuo e imaginativo, conoce a Verónica una niña a la que atribuye poderes extraordinarios. A instancias de la extraña niña, ponen en marcha un estrambótico plan para derrotar a los malvados del lugar, hasta que Mauricio comprende que ha sido engañado. Un relato lleno de dinamismo, en el que por encima de todo triunfa la amistad. Escrito en la variante del español que se habla en Chile, país del autor, destaca por el uso de un lenguaje muy lúdico con un tono que combina humor y fantasía. Mauricio, un niño ingenuo e imaginativo, conoce a Verónica una niña a la que atribuye poderes extraordinarios. A instancias de la extraña niña, ponen en marcha un estrambótico plan para derrotar a los malvados del lugar, hasta que Mauricio comprende que ha sido engañado. Un relato lleno de dinamismo, en el que por encima de todo triunfa la amistad. Escrito en la variante del español que se habla en Chile, país del autor, destaca por el uso de un lenguaje muy lúdico con un tono que combina humor y fantasía.

Verónica la niña biónica

La primera vez que Mauricio vio a Verónica la niña biónica, le pareció la persona más misteriosa y saltarina que jamás había conocido en su vida. Después descubriría que su comportamiento estrafalario se debía a que tenía superpoderes. Es decir, no era una niña común y corriente, sino que era una superniña.
Aquel domingo tan insólito se había levantado muy temprano, antes del amanecer, para ir a pescar a la desembocadura del río Porrazo.