Esta historia ambientada en la Inglaterra del siglo XVIII, afectada por la reciente guerra entre los partidarios del rey Carlos y los del rey Jorge, con la pena de muerte a la orden del día, propone un chispeante divertimento que juega la baza del humor negro. La protagonista, convertida en heroína a pulso, no tiene nada de mojigata ni remilgada; independiente y resuelta, es un modelo de modernidad. Todos los personajes resultan interesantes y bien dibujados, y las divertidas escenas, que se suceden con un ritmo cinematográfico, consiguen sumar a las emociones propias de un argumento tan movido, la sonrisa. Esta historia ambientada en la Inglaterra del siglo XVIII, afectada por la reciente guerra entre los partidarios del rey Carlos y los del rey Jorge, con la pena de muerte a la orden del día, propone un chispeante divertimento que juega la baza del humor negro. La protagonista, convertida en heroína a pulso, no tiene nada de mojigata ni remilgada; independiente y resuelta, es un modelo de modernidad. Todos los personajes resultan interesantes y bien dibujados, y las divertidas escenas, que se suceden con un ritmo cinematográfico, consiguen sumar a las emociones propias de un argumento tan... Seguir leyendo

Tres corazones, dos cabezas y un verdugo

Cuando la cabeza del tío Frank se separó por fin de su cuerpo, la multitud se rió. No fue una risa agradable, de esas que surgen como un gorjeo cuando uno está contento o acaba de gastar una broma. Aquella risa era de las que se oyen en un mal sueño, y a Alice, de pie entre la gente, le dieron ganas de dar bofetadas a los que se reían a su alrededor. Era el momento más inoportuno para reírse. Cierto que su tío se había reído también mientras le llevaban en carreta a la campa comunal de Kennington, aunque, con la soga alrededor del cuello y las manos atadas a la espalda, su risa había sido tan áspera como una tostada requemada.