En esta novela de aventuras los elementos fantásticos conviven con la realidad más cotidiana de la infancia de hoy en día, que vive sufriendo los intereses del consumo y el mercado. La construcción de un centro comercial paraliza las obras de construcción de un centro infantil en el que trabaja la madre de nuestro protagonista, Mauricio. Manteniendo sus secretos y llegando a tiempo a la hora de la cena, irá logrando con la ayuda de su amigo Silvestre, vencer al interés de los que más tienen.
En esta novela de aventuras los elementos fantásticos conviven con la realidad más cotidiana de la infancia de hoy en día, que vive sufriendo los intereses del consumo y el mercado. La construcción de un centro comercial paraliza las obras de construcción de un centro infantil en el que trabaja la madre de nuestro protagonista, Mauricio. Manteniendo sus secretos y llegando a tiempo a la hora de la cena, irá logrando con la ayuda de su amigo Silvestre, vencer al interés de los que más tienen.
El regreso del Señor Silvestre
Esta tarde, Mauricio estaba tumbado en su cama contemplando el techo. Su cuarto estaba oscuro, excepto por un rayo de luz de la farola de la calle que se metía a través de la abertura de la cortina. Arriba en el techo brillaban unas estrellas de plástico. La abuela le había regalado una bolsa llena la última vez que fue a visitarla. «Así por las noches siempre podrás ver el cielo estrellado», le dijo. Desde entonces, Mauricio miraba el cielo hasta que se quedaba dormido. Pero hoy eso no funcionaba. Mauricio suspiró.