Dieciocho cuentos deliciosos, para saborearlos poco a poco. Los ingredientes comunes son el humor, la mezcla de realidad e imaginación y un toque surrealista. Cada historia es una sorpresa: se plantea una situación real y cercana, se adereza con elementos absurdos y se obtiene un texto rico y de muy buen paladar. Las ilustraciones remarcan el absurdo y captan la esencia de los relatos.Dieciocho cuentos deliciosos, para saborearlos poco a poco. Los ingredientes comunes son el humor, la mezcla de realidad e imaginación y un toque surrealista. Cada historia es una sorpresa: se plantea una situación real y cercana, se adereza con elementos absurdos y se obtiene un texto rico y de muy buen paladar. Las ilustraciones remarcan el absurdo y captan la esencia de los relatos.
Diecisiete cuentos y dos pingüinos
Los dos pingüinos salieron del agua. Estaba fría. Un pingüino le dijo al otro:
–Veo que sabes nadar muy bien ¿Cómo te llamas?
El otro respondió:
–Pingüino
–¡Anda, como yo! –afirmó el pingüino preguntón, el más mojado.