El cuerno de Maltea
Lulino tenía una cabra mocha que se llamaba Maltea. A Lulino Sánchez Caro, cuando le dijeron en el pueblo que tenía que vender la cabra, le dio un patatús del disgusto y tuvieron que llamar a don Higinio el médico.
-¡Qué es mentira, Lulino! –le decían.
Y Lulino, con los ojos vueltos, venga a tragar saliva sin decir ni mu.