Una historia divertida sobre la identidad. Nuestro protagonista comienza afirmando que no es un conejo y se va comparando con otros seres semejantes que coinciden en muchas cosas con él, como el comer zanahorias, saltar o tener orejas largas...pero dice que él es un alienígena porque le gusta el chocolate, la lectura, vivir en un bello departamento y ¡haberse fijado en la vecina! Este suceso hará que el protagonista se reconozca y se acepte.
Una historia divertida sobre la identidad. Nuestro protagonista comienza afirmando que no es un conejo y se va comparando con otros seres semejantes que coinciden en muchas cosas con él, como el comer zanahorias, saltar o tener orejas largas...pero dice que él es un alienígena porque le gusta el chocolate, la lectura, vivir en un bello departamento y ¡haberse fijado en la vecina! Este suceso hará que el protagonista se reconozca y se acepte.
Yo no soy un conejo
Yo no soy un conejo.
Estoy seguro de que soy
un zombi alienígena mutante.
Como todo saben, los conejos
comen zanahorias.
Yo también, pero...