Gracias a este particular diario podemos conocer, en su propia voz, las aventuras y desventuras de un indio adolescente. La trama ayuda a empatizar con el sentimiento de arraigo que les une a su tierra, a trazar su identidad y a comprender la rebeldía ante las injusticias y el inconformismo, conceptos siempre presentes a lo largo de la historia. Un adolescente lúcido, con una interesante mirada, capaz de construir desde la debilidad y a partir de condiciones muy desfavorables, que logra crecer ante la adversidad. Sin resentimiento pero con una capacidad de lucha admirable, grandes dosis de ironía y pinceladas de humor, este indio piel roja nos habla de la vida, una contienda permanente, y sus grandes incógnitas. La novela, ilustrada con diferentes imágenes caricaturescas intercaladas a lo largo de la historia a modo de recortes -que simulan los dibujos que realiza el protagonista-, atrapa de principio a fin y, sobre todo, no deja indiferente. Siruela reedita en formato papel y electrónico una propuesta que ha recibido grandes elogios de medios como la revista Time, que la ha definido como Mejor Libro para Jóvenes de todos los tiempos y premios como el National Book Award al mejor libro juvenil en 2007.

 

 

 

Gracias a este particular diario podemos conocer, en su propia voz, las aventuras y desventuras de un indio adolescente. La trama ayuda a empatizar con el sentimiento de arraigo que les une a su tierra, a trazar su identidad y a comprender la rebeldía ante las injusticias y el inconformismo, conceptos siempre presentes a lo largo de la historia. Un adolescente lúcido, con una interesante mirada, capaz de construir desde la debilidad y a partir de condiciones muy desfavorables, que logra crecer ante la adversidad. Sin resentimiento pero con una capacidad de... Seguir leyendo

El diario completamente verídico de un indio a tiempo parcial

Nací con agua en el cerebro. Está bien, eso no es del todo cierto. En realidad nací con demasiado líquido cefalorraquídeo dentro del cráneo. Pero líquido cefalorraquídeo no es más que la forma sofisticada que tienen los médicos de llamar a la grasa del cerebro. La grasa del cerebro funciona dentro de los lóbulos como la grasa de los coches funciona dentro de un motor; hace que todo vaya suave y rápido. Pero yo, que soy un bicho raro, nací con demasiada grasa dentro del cráneo, así que se puso todo espeso y turbio y asqueroso, y los mecanismos se fastidiaron. El motor con el que tenía que pensar y respirar y vivir empezó a funcionar más despacio y se inundó.