El cómic es un lenguaje transgresor que no debería perder algunos de los rasgos principales que han definido su identidad a lo largo de la historia. Chema Peral reivindica, con su original caleidoscopio gráfico a dos tintas, las infinitas posibilidades que ofrecen las viñetas y bocadillos con una deliciosa y ocurrente aventura que nos habla del viaje de un muchacho a la tierra en la que su familia murió como consecuencia de la guerra. La venganza es el móvil de una travesía a la que se une un curioso leñador. Solo es la chispa que enciende la mecha de una narración repleta de personajes sugerentes, casualidades imposibles, relaciones extrañas y un objetivo primordial: llegar a Budapest y encontrar las respuestas a la vida. Metáforas, parodias, una jerga ocurrente, sentido adecuado del ritmo en la narración, un guión metafísico y original… Este cóctel cubista, que se mueve entre los sueños, la realidad y el absurdo, tiene todo para convertirse en una de las apuestas más innovadoras y brillantes del año. El autor diseñó la historia en la célebre Maison des Auteurs de Angoulême durante una residencia artística de cuatro meses.

El cómic es un lenguaje transgresor que no debería perder algunos de los rasgos principales que han definido su identidad a lo largo de la historia. Chema Peral reivindica, con su original caleidoscopio gráfico a dos tintas, las infinitas posibilidades que ofrecen las viñetas y bocadillos con una deliciosa y ocurrente aventura que nos habla del viaje de un muchacho a la tierra en la que su familia murió como consecuencia de la guerra. La venganza es el móvil de una travesía a la que se une un curioso... Seguir leyendo