Aster quisiera ser como sus hermanas. Le encantaría que la tía Vervain compartiera con él las palabras precisas para charlar con los árboles y fabricar pociones y encantamientos. Pero los chicos tienen otras misiones encomendadas en la familia. Pronto aprenderá a transformarse y, con ello, la habilidad para combatir demonios. La magia choca de frente con las fuerzas telúricas que el protagonista empieza a sentir en este momento crucial de su existencia. Al mismo tiempo que encuentra su camino, conoce a personas como Charlotte o presencia, de forma involuntaria, hechos extraordinarios como la desaparición de Sedge. Sus padres y otros seres queridos tratarán de ayudar al joven mago en la senda del crecimiento, respetando siempre las férreas normas que el uso de la hechicería lleva implícita. El cómic, ideal para niños y niñas de entre 9 y 11 años, bebe de otras obras exitosas y sondea temáticas muy populares en este grupo de edad. En la trama se hace apología de valores como el tesón o la lucha contra la injusticia, con una secuenciación sencilla y seductora que arranca con un mapa de personajes, o árbol genealógico ilustrado, para facilitar la lectura. La autora alterna el uso de colores cálidos con otros más intensos e impetuosos reservados a las escenas de acción. El éxito generado en el mercado anglosajón ha despertado el interés de distintas productoras cinematográficas, que realizarán una adaptación a la gran pantalla.
Aster quisiera ser como sus hermanas. Le encantaría que la tía Vervain compartiera con él las palabras precisas para charlar con los árboles y fabricar pociones y encantamientos. Pero los chicos tienen otras misiones encomendadas en la familia. Pronto aprenderá a transformarse y, con ello, la habilidad para combatir demonios. La magia choca de frente con las fuerzas telúricas que el protagonista empieza a sentir en este momento crucial de su existencia. Al mismo tiempo que encuentra su camino, conoce a personas como Charlotte o presencia, de... Seguir leyendo
El Niño Brujo
- Hora de la primera lección del día, queridas chicas.
- Bien, si os entra hambre en el bosque, no tenéis por qué alarmaros.
- Convenceréis a casi todos los árboles para que florezcan y den frutos, siempre que se lo pidáis con cortesía y os dirijáis a ellos de forma adecuada.