El gigante que leyó El Quijote
La noche que el gigante Poliboros apareció en el pueblo había luna llena. Por eso todos vieron su sombra antes de que él llegase, y creyeron que era la sombra de una nube que había ocultado la luna.
–¡Tenemos tormenta!– dijo el alcalde al oír el estruendo.
Pero cuando se asomó a la ventana, vio que no llovía, que el ruido era muy raro y que la sombra de la nube tenía cuerpo de hombre, entonces gritó a los cuatro vientos:
–¡Tenemos gigante!