Introducción
La formación de usuarios independientes en el acceso y manejo de la información es una necesidad urgente en la sociedad tecnológica en la que nos movemos. Numerosas instituciones culturales –como la Unesco, la American Library o el IFLA – recomiendan tanto a los centros docentes como a las bibliotecas públicas que insistan en su labor de habilitación de sus usuarios en las técnicas de trabajo intelectual porque será el único modo de que estén capacitados para sobrevivir a la avalancha de información que se les viene encima.
¿Por qué un Programa de Formación de Usuarios?
Las técnicas bibliotecarias son muy complejas en cuanto a catálogos, sistemas de clasificación y ordenación, automatización, la creciente diversificación de soportes informativos y documentales, el aumento de producción bibliográfica y documental. La irrupción de las Tecnologías Avanzadas de la Información y de la Comunicación abre un espectacular horizonte de posibilidad, pero exige el dominio de nuevas destrezas lectoras. Por eso es generalizada la tendencia a dotar al usuario de mayor autonomía en el acceso y elección de documentos.
La formación de usuarios, por tanto, debe considerarse un contenido transversal cuya responsabilidad compete a todo el profesorado y afecta a todas las materias.
Líneas maestras del Programa de Formación de Usuarios
Para formar usuarios independientes en el uso de la información, es necesario elaborar un proyecto que, en síntesis –y siguiendo a Mañà y Baró (1) y a Benito (2) –, intente que los alumnos se familiaricen con la biblioteca, conozcan su organización y funcionamiento y sean capaces de acceder a cualquier documento, para obtener información o para disfrutar con su lectura. La programación se realizará no por áreas curriculares sino por proyectos porque así se facilita la búsqueda, la selección y el tratamiento de la información, sea cual sea su índole, base de cualquier investigación.
Como objetivos generales, consideramos que al finalizar su formación el alumno, de acuerdo con sus capacidades, debe ser capaz de:
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Conocer e identificar las secciones de una biblioteca y las relaciones jerárquicas existentes entre los conocimientos.
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Utilizar de manera autónoma la biblioteca de su centro y cualquier otra biblioteca pública.
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Localizar los documentos en la biblioteca a partir de las indicaciones del catálogo.
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Realizar búsquedas en entornos de red.
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Adquirir los hábitos de leer, informarse y usar la biblioteca como recurso para la información y el ocio.
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Cumplir las normas de uso de la biblioteca considerándola como un bien común.
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Distinguir y usar correctamente las obras de referencia y consulta según el soporte para optimizar su uso.
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Aprender a descifrar los asientos bibliográficos -datos de catalogación y clasificación.
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Conocer y utilizar con soltura las nuevas formas de búsqueda y almacenamiento de información: OPAC (catálogos en línea), cederrón, libro electrónico y programas de software.
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Adquirir las claves para la elaboración y presentación de la información encontrada.
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Potenciar un pensamiento crítico y creativo ante las diferentes formas y fuentes de información.
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Habilitarles para emplear los instrumentos y procesos básicos que les permitan un adecuado aprendizaje del tratamiento de la información, su localización, selección y transmisión, posibilitando que este tipo de aprendizajes les sean útiles en sus actividades personales, académicas y profesionales.
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Desarrollar habilidades y estrategias para mejorar la comprensión lectora de diferentes tipos de textos, afianzando su hábito lector.
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Transferir a otros ámbitos las habilidades y conocimientos adquiridos en esta materia.
Los contenidos deben programarse de forma secuencial, según las capacidades y habilidades de los usuarios, pero también relacionándolos con sus necesidades de información derivadas de la propia actividad escolar, así como del interés por cuestiones sin relación alguna con el ámbito académico. Para cada nivel, o mejor para cada ciclo, podemos establecer qué nuevos conocimientos debemos desarrollar o bien hasta qué punto deben ampliarse conocimientos ya adquiridos en etapas anteriores.
Este texto es una compilación de Kepa Osoro
(1) BARÓ, M. y MAÑÁ, T. (2002): La formación de usuarios en la biblioteca escolar. Málaga, Junta de Andalucía, Consejería de Educación y Cultura.
(2) BENITO, F. (1998): «Propuestas didácticas para el desarrollo de la educación documental en el 2º ciclo de la ESO». En OSORO, K. [coord.]: La biblioteca escolar: un derecho irrenunciable. Madrid, Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil, pp. 135-146.
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