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El último informe publicado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a partir de los datos consignados durante el curso 2015-2016, incluye numerosos y significativos items que ponen de relieve la importancia capital de las bibliotecas escolares en el proceso de crear lectores desde las primeras edades. No solo para fomentar la lectura a través de sus fondos, también para apoyar el desarrollo del currículo escolar y como epicentro de todo tipo de actividades culturales.
A tenor de esos datos, destaca la existencia de un 87% de centros que disfrutan de su propia BE, frente a un 8% que aún carece de ella y, una cifra igual de preocupante, aproximadamente un 5,6 % que la tiene pero no la usa por diversos motivos. Entre las razones que pueden explicar este último dato los profesores señalan que en muchos casos los colegios no disponen de personal suficiente o con el número de horas necesarias para atender este servicio.
Por provincias, Asturias sería la comunidad autónoma que, proporcionalmente, tiene más BE en sus institutos frente a Navarra, que es la provincia que menos instalaciones de este tipo posee en sus centros educativos.
Otras cifras significativas son que más del 89% de las bibliotecas realiza préstamos a los usuarios, superando casi en el 40% de los casos la cifra de 500, tanto en centros públicos como concertados.
En comparación con años anteriores, se alcanza casi un 50% de casos en los que ya se ofrece conexión por wifi desde la biblioteca para todos los alumnos y destaca la progresiva digitalización de los fondos, principalmente los audiovisuales.
En cuanto a los profesionales que las gestionan, en más de un 94% son los propios profesores del centro educativo los que se hacen cargo de esta tarea, frente a un 4% en donde se encarga a personal especializado. Señalar también que en un 12,8% es el propio alumnado y en un 5,2% la familia de los chicos y chicas que acuden a clase. Casi en el 50% de los casos los profesionales que se hacen cargo han recibido la formación específica necesaria para desarrollar esta labor.
A pesar de que la BE es un elemento básico para establecer una verdadera cultura comunicativa y de aprendizaje permanente en los centros, en muchas partes de España aún se concibe como un servicio opcional y complementario a las tareas docentes, vinculado especialmente al área de Lengua y Literatura, limitado en muchos casos a ofrecer una pequeña colección de libros más o menos organizada.
Por fortuna, cada vez más docentes apuestan por la BE como motor de progreso en el aprendizaje de los estudiantes, diseñando todo tipo de actividades desde sus instalaciones y encajando la tarea de su gestión en el horario de trabajo de la mejor forma posible.
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