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Según la R.O. de 23 de octubre de 2007, por la que se aprueba el reglamento marco para la organización y funcionamiento de los centros de protección de menores, estos se definen como espacios convivenciales de acogimiento residencial destinados a la guarda y educación de menores sobre quienes se haya adoptado alguna de las medidas de protección contempladas en el artículo 172 del Código Civil.
Los centros de protección deben ejercer una labor de intervención psico-social y educativa de cada una de las personas en ellos acogidas, promoviendo el desarrollo de todos los aspectos de su personalidad. Un elemento clave en este sentido es el acceso a la lectura y la celebración de actividades que promuevan su interés por descubrir buenas historias en todo tipo de géneros y soportes, así como propiciar su participación en actividades vinculadas al fomento del hábito lector.
Actualmente existen varios tipos de centros: los de Acogida Inmediata, para procesos rápidos y transitorios, en donde reciben a menores que se encuentran en grave situación de desprotección o alto riesgo físico y/ o psíquico (en ellos no pueden permanecer más de seis meses, según la ley actual); Centros residenciales, que dan alojamiento, convivencia y educación necesarios para el desarrollo del niño/ a, por un período indispensable hasta que pueda producirse el retorno a su familia, la preparación para la independencia, o se adopte otra medida alternativa (acogimiento, adopción). Viviendas tuteladas, espacios que siguen el patrón de los hogares familiares, con la idea de que niños y jóvenes se adapten a una rutina y convivencia). Y de protección para menores con trastornos de conducta.
Es en el caso de las viviendas tuteladas y de los centros residenciales donde se recoge un mayor número de actividades en torno a la lectura, dado que se trata de espacios donde se puede planificar contando con un número de usuarios más o menos homogéneo durante un determinado periodo de tiempo.
Algunos ejemplos
El Plan de Fomento de la Lectura en Extremadura recogía, en cursos anteriores, sesiones de narración oral orientadas a los colectivos sociales más vulnerables, entre ellos a los niños y jóvenes que viven en los centros residenciales dependientes del Servicio Extremeño de Promoción de la Autonomía y Atención a la Dependencia (SEPAD), en diferentes puntos de la comunidad. En concreto se programaron "cuentacuentos audiovisuales" a través de compañías como Musicando Teatro, representaciones teatrales con música de relatos o clásicos de la literatura universal que obtuvieron buenos resultados.
Las Bibliotecas Públicas de Cantabria, como las redes de otras comunidades autónomas, tienen en marcha programas específicos para llevar la lectura a centros sociales de mayores y de menores. Desde 2012 la asociación Amigos de la biblioteca realiza lecturas dramatizadas "a domicilio" a través de un equipo de voluntarios.
En Andalucía, algunas instituciones privadas como Nuevo Futuro llevaron a cabo talleres de comprensión lectora, cine-fórums y otras propuestas. Además, en los centros de Cádiz cada mes se realizaba una visita guiada a las bibliotecas municipales, donde se explicaban todos los recursos disponibles al alcance de los más pequeños y de los jóvenes. Fundación Diagrama ha celebrado también varios talleres en centros como Las Lagunillas, en Jaén, como el titulado Leer y escribir. Claves para mejorar la comunicación lingüística, que congregó a más de cincuenta personas entre educadores y jóvenes.
Actividad de animación a la lectura organizada por la Fundación Diagrama en Jaén dinamizada por varios actores.
La Fundación ADSIS también lleva a cabo acciones en este sentido, aparte de las actividades incluidas en la programación de cada uno de los centros de los que dispone por toda España, se han realizado colaboraciones específicas que han propiciado resultados extraordinarios. Es el caso de Letras y fútbol, un programa junto a la Fundación Athletic que ha conseguido durante mucho tiempo unir dos disciplinas tan dispares como el fútbol y la literatura. Se trata de encentros en los que se cita a escritores, periodistas y actores junto a un grupo de jóvenes y adultos internos en centros penitenciarios o de reforma.
La masiva recepción de población inmigrante en muchos de los centros distribuidos por la península también han hecho necesario utilizar la lectura como parte del proceso para enseñar otras lenguas, como el español o el catalán, integrando diferentes propuestas en este sentido en cada espacio. También el teatro leído y las lecturas dramatizadas forman parte habitual del corpus de propuestas que se programan en la mayoría de los hogares.
Se trata de un campo muy interesante para seguir investigando, cualquier herramienta para ayudar a ampliar las propuestas que los trabajadores de estos centros realizan redunda en una mejor calidad de vida de los internos y garantiza una mayor preparación de cara a la vida independiente adulta, algo que llega con gran prontitud ya que en la mayoría de los casos deben iniciar nuevos caminos a partir de los dieciocho años.
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