Estimado/a progenitor/a:

 Me dirijo a usted porque sé que le preocupa la educación de sus hijos, incluyendo por supuesto el tiempo que dedican al ocio. Durante una parte de ese periodo es posible que se entreguen a la lectura de un cómic que a usted podrá parecerle extraño; son libritos de tamaño bolsillo, llenos de acción trepidante, humor, aventuras y fantasía, con unos peculiares dibujos cuyos personajes suelen tener los ojos muy grandes. Es más, a esos mismos personajes seguramente los habrá visto en algunas de las series de televisión que consumen sus hijos. Si han ojeado alguno de ellos u observado la televisión mientras emiten series de este tipo, se habrán preguntado hasta qué punto es adecuado su contenido para los niños. No faltan voces críticas contra los manga y, por extensión, los anime, que así se conoce a los dibujos animados procedentes del Japón. ¿Qué es, pues, el manga?

 De entrada, la palabra “manga” la utilizamos en Occidente para designar al cómic producido en Japón. El manga se ha convertido allí en una industria muy popular, con revistas que llegan a vender millones de ejemplares. Además, de las series más populares de estas revistas, los editores publican tomos recopilatorios. Pero hay más. Las series de manga generan una importante cantidad de productos derivados, ya que las más comerciales disponen de adaptaciones al dibujo animado para televisión, DVD y cine, de videojuegos y de una larguísima lista de objetos relacionados con industrias como la textil o la juguetera.

 Piense que en Japón es muy habitual observar en la calle y en los transportes públicos a gente de todas las edades leyendo manga. Precisamente, el llegar a lectores de todo tipo y condición es uno de los grandes logros del manga. Los editores han elaborado una fórmula para compartimentar las historias por edades, oficios y aficiones; podemos encontrar manga para niños de 6 a 9 años, para adolescentes que estudian en institutos, para amas de casa, para oficinistas y para amantes de los deportes o de la gastronomía.

 ¿Cómo se traduce todo esto en España? En primer lugar, por estos lares el anime y el manga han llegado a confundirse, debido a que ha sido la televisión la primera en importar este fenómeno; no tiene más que recordar series tan populares en su momento como Heidi, Meteoro o Mazinger Z. El motor de la implantación en nuestro país del manga y del anime fue la serie Dragon Ball; a partir de aquel momento, ha habido series que se han publicado antes en formato de papel y luego se han emitido en televisión –o al contrario–, aunque casi todos los anime están basados en personajes de manga. Hay otro detalle que tal vez les despiste: se trata de la publicación de los tomos en el sentido de lectura original; o sea, al revés que el occidental. Un manga se abre por lo que nosotros entendemos por la contraportada, y cada página debe leerse de derecha a izquierda. Lo cierto es que nuestros jóvenes lectores lo han asimilado con gran naturalidad; piense que la franja de edad habitual de un lector de manga se sitúa a partir de los 12 años, momento en el que, por lo general, los chavales no presentan ningún dilema de lateralidad. Hay, eso sí, excepciones, como el manga ¡Yotsuba!, excelente lectura para niños a partir de 7 años, que se ha editado en el sentido de lectura oriental.

 Dos de los subgéneros del manga más publicados por los editores españoles son el que se dirige a varones jóvenes de 12 a 18 años, el denominado “shonen”, y el destinado a adolescentes femeninas, conocido como “shojo”. El primero es de los más populares, con títulos como Dragon Ball, Naruto, Ranma ½, Detective Conan o Fullmetal Alchemist, y su lectura asume los mismos parámetros que cualquier producto juvenil: amor, amistad, curiosidad por el mundo que nos rodea y aventuras, amén del humor, una de las constantes más apreciadas por los autores de manga. Exactamente lo mismo ocurre con las series “shojo” –que han conseguido atraer a la lectura de cómics a las chicas–, como Fushigi Yugi, Karekano, Fruits Basket, Marmalade Boy o Nana. En estos tomos priman las relaciones sentimentales, sobre todo entre estudiantes de instituto, aunque en muchos casos introduzcan elementos cercanos a la fantasía. Y es que una de las cualidades del manga es su originalidad a la hora de plantear argumentos, que en muchas ocasiones mezclan diversos géneros.

 Pero, ¿cómo guiarse en un mercado con tanta oferta?, porque también existen productos para adultos. A veces es fácil confundirse; por ejemplo, con el manga Shin-Chan, originariamente pensado para adultos –en esencia, se trata de una cruda crítica a la estructura familiar japonesa–, pero cuya serie de televisión, por el estilo del dibujo y ciertas ocurrencias del protagonista, podría parecer infantil. En realidad, la serie de televisión está pensada para un consumidor juvenil, y el manga fue publicado con el lema “Recomendado para mayores de 13 años” en su portada.

 Reconozcamos que no es fácil separar el grano de la paja. Las portadas casi nunca anuncian a qué edad va dirigido el producto, a excepción de la colección antes aludida. La elección suele quedar en manos de su hijo o hija, que probablemente se decida por títulos o bien recomendados por sus compañeros, o bien relacionados con alguna serie de televisión. Si es así, no será fácil que se cuele una lectura poco recomendable, porque los chavales cuentan con una referencia; y siempre queda la posibilidad de ojear el tomo, leer el texto de la contraportada o acudir a las páginas web de las editoriales.

 El éxito del manga y del anime es común a países europeos y a EE UU, donde algunos de sus jóvenes creadores acaban por realizar y publicar cómics cuyo dibujo recuerda al de algunos manga. Con el tiempo, otros tipos de cómic oriental están llegando a España, apostando también por la diversidad de géneros, sin olvidarse de los productos dirigidos a los niños, como la serie Los divertidos viajes de Pucca, concebida como un cómic que mezcla la divulgación de la cultura con el entretenimiento.

 Espero que estas líneas le hayan servido para conocer un poquito más el mundo del manga, una forma de entender el cómic que ha conseguido arraigar en niños y adolescentes, acercándolos a la lectura y permitiéndoles conocer mundos extraordinarios.

 Un cordial saludo,
Este texto es una colaboración de Antoni Guiral