La guerra de los espejos
El reino llevaba doces años disfrutando de una paz provisional, desde la época en que la violencia y la sangre derramada salpicaban el umbral de todos los marvilianos. La guerra civil no había sido la más larga según las fuentes históricas, pero sí una de las más sangrientas. Quienes habían participado sin dudarlo demasiado en las matanzas y la destrucción tenían dificultades para adaptarse a la vida en tiempos de paz. Cuando cesaron las hostilidades, corrían por las calles de la capital de Marvilia, robando y saqueando la ciudad de Marvilópolis hasta que la reina Genevieve los capturó y los envió a las minas de Cristal, una telaraña de túneles...