La originalidad de esta obra al mostrar mediante imágenes los pensamientos de unos personajes cualquiera se acentúa con el sorprendente golpe de efecto del final, al descubrir que quien narra, quien tiene acceso a los pensamientos, es un gato, observador de toda esa gente entre la que se mezcla. Por eso, al llegar al final dan ganas de volver a empezar y mirar con otros ojos esos dibujos sencillos y coloridos, tan reveladores. Pero sobre todo dan ganas de interesarse por quienes nos rodean.

La originalidad de esta obra al mostrar mediante imágenes los pensamientos de unos personajes cualquiera se acentúa con el sorprendente golpe de efecto del final, al descubrir que quien narra, quien tiene acceso a los pensamientos, es un gato, observador de toda esa gente entre la que se mezcla. Por eso, al llegar al final dan ganas de volver a empezar y mirar con otros ojos esos dibujos sencillos y coloridos, tan reveladores. Pero sobre todo dan ganas de interesarse por quienes nos rodean.