Tal y como explica el narrador, "no se ven las mismas estrellas cada noche en el mismo lugar". Cuando, al caer el sol, observes el cielo a través de tu ventana, las constelaciones dibujarán distintos animales dependiendo de dónde te encuentres. Trius y Bestard nos permiten acceder a las habitaciones de otros niños/as, en lugares tan dispares como Marruecos, Mongolia, Nueva Zelanda, India, México, Japón, Kenia o Polonia. Desde su interior, a través de una ventana troquelada, podemos insuflar vida a las estrellas con la ayuda de una linterna, la luz nos permitirá conocer la figura que se esconde tras la alineación de estrellas en ese punto de la geografía. Al mismo tiempo, en cada capítulo el lector puede intuir cada sorpresa de la vía láctea gracias a una adivinanza que sirve como pórtico de entrada a cada cuarto. La composición gráfica está diseñada a partir del uso de dos colores, blanco y azul, empleados con acierto para representar los motivos ornamentales y el estilo imperante en las decoraciones de las casas de nuestros anfitriones. En la parte final se explican todas las figuras y aportan algunas informaciones extra. Una invitación a escrutar el cielo con emoción que aviva la imaginación de quien se sume al juego.

Tal y como explica el narrador, "no se ven las mismas estrellas cada noche en el mismo lugar". Cuando, al caer el sol, observes el cielo a través de tu ventana, las constelaciones dibujarán distintos animales dependiendo de dónde te encuentres. Trius y Bestard nos permiten acceder a las... Seguir leyendo