Gracias a Jozko conocimos los beneficios que las abejas aportan a nuestro ecosistema; de la mano de Eliška aprendimos a apreciar a los murciélagos y a comprender lo importantes que son en nuestro día a día. En la misma colección, una más que recomendable propuesta de la artista eslovaca Simona Cechová, llega el turno ahora de adentrarnos en la vida cotidiana de Frantisek, una lombriz que, casi sin quererlo, va a contribuir de forma decisiva a abonar de forma natural, en compañía de otros pequeños "amigos", nuestros cultivos al mismo tiempo que reafirma su identidad y autoestima. Su labor como excavadora de túneles bajo tierra permite que las plantas y verduras crezcan de forma óptima absorbiendo una auténtica bomba de vitaminas que se genera a partir de los restos orgánicos. La estructura es la misma que en los anteriores capítulos, una pequeña historia de ficción protagonizada por animales humanizados que culmina en el epílogo con informaciones rigurosas y amenas sobre aspectos relacionados con la naturaleza, su protección y los procesos sostenibles que permiten obtener productos naturales y respetuosos con el medio ambiente. El apartado gráfico está caracterizado por imágenes en tonalidades discretas que destilan sensibilidad, generadas a través de procedimientos mixtos en los que fusiona técnicas manuales, similares a la pintura con ceras, con retoques generados mediante procedimientos digitales

Gracias a Jozko conocimos los beneficios que las abejas aportan a nuestro ecosistema; de la mano de Eliška aprendimos a apreciar a los murciélagos y a comprender lo importantes que son en nuestro día a día. En la misma colección, una más que recomendable propuesta de la artista eslovaca Simona Cechová, llega el turno ahora de adentrarnos en la vida cotidiana de Frantisek, una... Seguir leyendo