La trilogía de "Sábanas", una de las más sugerentes de cuantas se han publicado durante los últimos años en el territorio cómic para los lectores juveniles, llega a su fin. Con una extensión mayor que los anteriores capítulos, Brenna Thummler da rienda suelta a su creatividad e imaginación no solo en el desarrollo de la trama, igual de imaginativa y llena de aristas que las anteriores, sino que se aprecia una mayor libertad a la hora de experimentar encuadres, secuenciones de viñetas y juegos de tonalidades. La trama tiene lugar justo después de los acontecimientos del libro anterior, pero a un ritmo más pausado. Wendell trata de aceptar que Marjorie tenga más amigos y la cosa se complica cuando empieza a intimar con dos chicas que se portaron muy mal con Eliza en el pasado, pero hay algo que sigue uniendo fuertemente a los tres. La memoria de Wendell sobre su época "corporea" es difusa, y juntos sienten curiosidad por entender el periodo anterior del "fantasma", por lo que ambas ayudarán al pequeño a encontrar conexiones con su vida pasada llegando a cuestionarse si realmente murió ahogado en el lago. Una montaña rusa de emociones, a la altura de los dos episodios previos, que cierra de forma natural el proceso a la vez que analiza con precisión ese amplio y complejo abanico de sentimientos que nacen y serpentean en la consolidación de amistades juveniles.
Todas las historias de Brenna Thummler en CL
La trilogía de "Sábanas", una de las más sugerentes de cuantas se han publicado durante los últimos años en el territorio cómic para los lectores juveniles, llega a su fin. Con una extensión mayor que los anteriores capítulos, Brenna Thummler da rienda suelta a su creatividad e imaginación no solo en el desarrollo de la trama, igual de imaginativa y llena de aristas que las anteriores, sino que se aprecia una mayor libertad a la hora de experimentar encuadres, secuenciones de... Seguir leyendo
LUCES

La oscuridad volvía a los fantasmas inquietos y enojados.
Es lo que ella me dijo.
- Por eso, cada noche, encendíamos las luces fantasma, como si aquel fuera nuestro escenario.
- Y así los fantasmas estaban contentos.
- Eran libres para bailar
- Y nosotros bailábamos con ellos.