La obra teatral de J.M. Barrie se estrena en Londres en 1904. Es anterior a la conocida versión en prosa que, con ciertas modificaciones, se editó en 1911. Peter Pan huye al País de Nunca Jamás porque no quiere crecer. Allí se convierte en el capitán de los Niños Perdidos que viven con el hada Campanilla y los Pieles Rojas. El capitán pirata, Jas Garfio, y las malvadas sirenas los acechan. Wendy y sus hermanos volarán hacia ese mundo fantástico. Un Peter Pan alejado del símbolo de bondad infantil propuesto por Disney. La oportunidad de descubrir un clásico alejándonos de un falso estereotipo. La obra teatral de J.M. Barrie se estrena en Londres en 1904. Es anterior a la conocida versión en prosa que, con ciertas modificaciones, se editó en 1911. Peter Pan huye al País de Nunca Jamás porque no quiere crecer. Allí se convierte en el capitán de los Niños Perdidos que viven con el hada Campanilla y los Pieles Rojas. El capitán pirata, Jas Garfio, y las malvadas sirenas los acechan. Wendy y sus hermanos volarán hacia ese mundo fantástico. Un Peter Pan alejado del símbolo de bondad infantil propuesto por Disney. La oportunidad de descubrir un clásico alejándonos de un falso estereotipo.

Peter Pan o el niño que no quería crecer

EL CUARTO DE LOS NIÑOS: El dormitorio de los niños de la familia Darling, que es el escenario de nuestro primer acto, se encuentra al final de una calle algo destartalada de Bloomsbury. Nos asiste el derecho a situarla donde se nos antoje, y si se elige Bloomsbury es porque el señor Roget vivió una vez allí. Lo mismo que nosotros en los días en que su Thesaurus era nuestro único compañero en Londres: nosotros, a los que él ayudó a abrirse camino en la vida, y a quien hemos deseado corresponderle de algún modo. Así pues, los Darling vivían en Bloomsbury.