Bradley es un niño discriminado al que le cuesta integrarse, muy cabezota y malhumorado, pero que comienza a cambiar cuando un adulto se interesa por él y lo valora. En esta historia se tratan temas como el fracaso escolar, la discriminación en la escuela, la integración, la comunicación entre adultos y niños, y la familia como punto de referencia y aceptación. Todo ello sale a relucir en las sesiones con la psicóloga del colegio, tras la que poco a poco se van produciendo cambios, aunque a veces Bradley salga de ellas todavía más malhumorado Bradley es un niño discriminado al que le cuesta integrarse, muy cabezota y malhumorado, pero que comienza a cambiar cuando un adulto se interesa por él y lo valora. En esta historia se tratan temas como el fracaso escolar, la discriminación en la escuela, la integración, la comunicación entre adultos y niños, y la familia como punto de referencia y aceptación. Todo ello sale a relucir en las sesiones con la psicóloga del colegio, tras la que poco a poco se van produciendo cambios, aunque a veces Bradley salga de ellas todavía más malhumorado

Hay un chico en el baño de las chicas

Bradley Chalkers se sentaba al fondo de la clase, en el último pupitre de la última fila. En el pupitre de al lado no se sentaba nadie; en el de delante tampoco. Era una isla. Lo que de verdad le hubiera gustado a Bradley era meterse en el armario. Allí podría cerrar las puertas y no oír a la señora Ebbel. Bradley pensaba que a ella no le importaría mucho; es más, quizá lo preferiría. Y el resto de la clase también. En resumidas cuentas, todos estarían mucho más contentos si metiera su pupitre en el armario.