Sito, ¿estás malito?

Era una noche de invierno fría, muy fría. Fuera, el hielo todo lo cubría. En la casita blanca, tras leer su libro preferido y apagar la vela con un gran soplido, Mamá Osa acuesta a Sito.
-Buenas noches -le dice con un beso, y le arropa con su manta roja-. ¡Así, bien calentito!
Y sale de puntillas para no hacer ruido, pero... -¡Cof, cof!-... Sito tose, pobre osito. Se ha sentado en la cama y se frota el morro con ganas.
–Sito, ¿estás malito? -dice Mamá Osa acunándole entre sus brazos. Sito mueve la cabeza...