Cuentos del mundo
Érase un día de invierno muy crudo. En el campo nevaba copiosamente y dentro de una casa de labor, en su establo, había un burrito que miraba a través del cristal de una ventana. Junto a él tenía el pesebre cubierto de paja seca.
«¡Paja seca!», se decía el burrito despreciándola. «¡Vaya una cosa que me pone mi amo!»