Publicada en los años cuarenta y redactada a cuatro manos por una joven pareja de escritores, esta interesante novela exhala el aroma de los viejos relatos de pioneros, al narrarnos la intrahistoria de quienes se asentaron en territorios social, orográfica y climatológicamente hostiles para la vida humana, convirtiendo su existencia en una sucesión de duras pruebas y en una perpetua aventura. Los Freedman nos presentan, a partir de una biografía real de la que tuvieron noticia, la peripecia vital en la que se embarca una adolescente norteamericana al verse obligada -por una afección pulmonar- a emigrar a las agrestes tierras del noroeste canadiense. El interés de la trama radica tanto en el relato de las peculiaridades de su vida en la región (donde convivirá con la rudeza de las costumbres locales, conocerá a la población nativa y lidiará con tragedias casi previsibles en tales circunstancias), como en la génesis y asentamiento de su historia de amor con Mike Flannigan, miembro de la policía montada y hombre para casi todo en un entorno sin apenas recursos ni servicios, una relación asentada sobre pilares netamente tradicionales, con roles genéricos muy definidos, como cabe esperar de una novela que se ambienta a principios del XX, pero que muestra a su protagonista como una mujer fuerte, corajuda y compasiva con el sufrimiento de los otros. Gran relato.

Publicada en los años cuarenta y redactada a cuatro manos por una joven pareja de escritores, esta interesante novela exhala el aroma de los viejos relatos de pioneros, al narrarnos la intrahistoria de quienes se asentaron en territorios social, orográfica y climatológicamente hostiles para la vida humana, convirtiendo su existencia en una sucesión de duras pruebas y en una perpetua aventura. Los Freedman nos presentan, a partir de una biografía real de la que tuvieron noticia, la peripecia vital en la que se embarca una adolescente... Seguir leyendo