En los últimos años hablamos de la innovación en el campo de la literatura y, constantemente, parece circunscribirse exclusivamente al ámbito digital, donde es evidente el impulso que han propiciado, por ejemplo, los nuevos prescriptores (bookstagram, booktok...); las herramientas de "catalogacion" (Goodreads, Literal, Whakoom...); o el éxito de plataformas como Webtoon; sin embargo, son dos los terrenos analógicos en los que, si nos referimos a la creación, están ocurriendo permanentes cambios y sirviendo como terreno de cultivo de ideas con indudable atractivo. Uno es el álbum ilustrado y otro el cómic. Es en este territorio, que hoy goza de excelente salud (refrendado por las más de cincuenta editoriales que ahora mismo tienen algún título secuenciado con este lenguaje y orientado al público infantil y juvenil); en el que destacan las apuestas que realiza siempre la colección Txikiberri, una división que propone lecturas siempre originales para los más pequeños de la casa, dirigida por Marion Duc (brillante editora ex Dibbuks) Javi de Castro es un conocido autor de webcómics, popular especialmente entre el público adulto tras la publicación en papel de algunas de sus obras y por las nominaciones a los premios Eisner que cosechó, al hilo de su propuesta digital The Eyes. En su primera incursión para este segmento de edad, sorprende con una trama futurista protagonizada por un joven cosmonauta que debe enfrentarse a diversos inconvenientes en su periplo espacial, al mismo tiempo que se producen inéditos encuentros con personajes que, tras su extraña apariencia, esconden simpáticas y amables personalidades (Pruden, el esparabiano..); ambivalentes caracteres (el mago Rino); o intenciones tan siniestras como previsibles (el mutante de las alcantarillas). De sobra es conocido el estilo colorista y luminoso que caracteriza buena parte de sus propuestas, desarrolladas mediante procedimientos digitales. Aquí, junto al atractivo estético inherente a su obra, introduce una brillante y divertida alteración en el sentido de la lectura, ya que el pequeño lector tiene la oportunidad de exprimir al máximo el formato disfrutando de un doble hilo argumental, primero en un sentido y luego en el inverso, con los parlamentos debidamente señalizados, en bocadillos de colores diferentes, para no generar confusión. Una singular apuesta de Astiberri con la que celebramos el desembarco de este fantástico artista leonés en el universo del cómic infantil. 

En los últimos años hablamos de la innovación en el campo de la literatura y, constantemente, parece circunscribirse exclusivamente al ámbito digital, donde es evidente el impulso que han propiciado, por ejemplo, los nuevos prescriptores (bookstagram, booktok...); las herramientas de "catalogacion" (Goodreads, Literal, Whakoom...); o el éxito de plataformas como Webtoon; sin embargo, son dos los terrenos analógicos en los que, si nos referimos a la creación, están ocurriendo permanentes... Seguir leyendo