Divertida historia de ratones en la que el pequeño lector hallará todos los ingredientes para pasar un rato agradable: una inteligente mezcla de misterio, juego, inocencia y descubrimiento. Enmarcadas en unas cautivadoras ilustraciones, que resultan imprescindibles no sólo para la ambientación sino también para subrayar el dramatismo narrativo, Brown derrama las ingenuas aventuras de dos ratones con los que le resultará muy fácil identificarse al pequeño espectador-lector de este relato que bien podría ser cinematográfico. Divertida historia de ratones en la que el pequeño lector hallará todos los ingredientes para pasar un rato agradable: una inteligente mezcla de misterio, juego, inocencia y descubrimiento. Enmarcadas en unas cautivadoras ilustraciones, que resultan imprescindibles no sólo para la ambientación sino también para subrayar el dramatismo narrativo, Brown derrama las ingenuas aventuras de dos ratones con los que le resultará muy fácil identificarse al pequeño espectador-lector de este relato que bien podría ser cinematográfico.

El cuento de los dos ratones

Había una vez una casa muy antigua y muy grande. Tenía kilómetros de pasillos y más de cien habitaciones. En una de las habitaciones, escondidos en un lugar seguro detrás del zócalo, vivían dos ratones, el pequeño Tito y su hermano mayor, Tato. Pero los dos hermanos estaban preocupados. No tenían nada para comer ni para beber.
«Tenemos que conseguir provisiones», dijo Tato.
«Pero...», dijo Tito.
«Pero ¿qué? –lo interrumpió Tato–. Ahí fuera no hay nada de que tener miedo. Así que vamos».