Jamie LaRue, director de la Red de Bibliotecas del Condado de Douglas (Colorado, EE.UU.), ha preguntado entre los bibliotecarios pertenecientes a la red que él dirige cómo pueden las bibliotecas demostrar su valor a la comunidad más allá del espacio físico y virtual, la programación, la difusión y el préstamo de materiales. Tres parecen ser las pautas a seguir: estar presentes, prestar atención al entorno y mantener el contacto con la comunidad. Un artículo publicado en American Libraries recoge esta experiencia y las conclusiones a las que llegó este grupo de bibliotecarios.
LaRue imagina un futuro en el que las bibliotecas y los bibliotecarios son un eje central dentro de la comunidad: “Los bibliotecarios tienen el poder de cambiar vidas y construir una comunidad –afirma este profesional de la biblioteca– pero para hacer esto tenemos que levantarnos de nuestras mesas, salir de nuestro edificios y mostrar a la comunidad que somos una herramienta muy poderosa”. El director de las Bibliotecas del Condado de Douglas cree firmemente que el activo más poderoso de una biblioteca es el personal profesional que en ella trabaja. Quiere que los bibliotecarios interactúen con la comunidad, respondiendo a sus preguntas, informando en sus debates, en definitiva, ayudando a sus conciudadanos.
Para ser un referente comunitario, continúa el artículo, es necesario que la biblioteca trabaje en estrecha colaboración con la gente y realizar in situ entrevistas de referencia, según sea necesario, para descubrir cuáles son sus preocupaciones y responder a sus preguntas.
Los bibliotecarios que participaron en esta “investigación” llegaron a la conclusión de que para crear algo estratégico, impactante, que fomente una relación con la comunidad y que sea parte de sus deberes cotidianos, deberían seguir tres pautas sencillas: estar presentes, prestar atención y mantener el contacto.
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Estar presentes. Incorporar la figura del bibliotecario a las organizaciones locales, explica el artículo, es la piedra angular para llegar a ser un referente comunitario. El personal de la DCL tiene presencia en las escuelas locales, los ayuntamientos, el consejo de desarrollo económico e incluso en los centros locales de mujeres. Además de asistir a reuniones, ofrecer información en los debates comunitarios y dar respuesta a ciertas cuestiones, también ayudan con el liderazgo de la organización, ya que informan sobre las actividades del grupo, objetivos y dirección. En definitiva, añade el artículo, el bibliotecario se convierte en una parte integral del grupo. “Participar en estas organizaciones da muestra de nuestro valor, además de ayudar a conocer en profundidad los problemas a los que se enfrentan".
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Prestar atención: Ya estoy aquí y ¿ahora qué? Quizá esta sea, aseguran estos bibliotecarios, la parte más complicada de este proceso: construir la relación. Cuando el personal bibliotecario conoce cuáles son las cuestiones importantes que afectan a la comunidad, es posible encontrar maneras para entrar a formar parte de aquello en lo que el grupo está trabajando. A través de preguntas y proyectos de referencia destinados a la comunidad, los bibliotecarios que ya estén integrados pueden empezar a utilizar sus habilidades como investigadores para dar información en los debates además de ayudar al grupo a alcanzar su metas y misiones. “El mejor resultado que se consigue de trabajar con los grupos de la comunidad, a la hora de encontrar respuestas a sus preguntas, o a mayor escala, crear proyectos de investigación que les afecten –afirman estos profesionales– es que los bibliotecarios saben qué está pasando en estas comunidades y estas saben lo que hacemos”.
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Mantener el contacto. Una de las herramientas utilizadas por este grupo de bibliotecarios fue la creación de un blog. “Necesitábamos una proceso fácil para rastrear los datos surgidos de los debates y proyectos y compartirlos con el resto del personal incorporado –declaran los participantes–. Con esto en mente decidimos crear un blog de referencia comunitario privado”. En él se publican entrevistas con los líderes de la comunidad, temas de actualidad, biografías de líderes comunitarios y actas de reuniones de los ayuntamientos, comités de desarrollo económico, además de asociaciones culturales y comunitarias. Aunque el blog es una herramienta muy útil para estar en contacto, LaRue quería algo más. Para ello buscó un enfoque sistemático para descubrir los problemas más comunes, lo que permitiría a la biblioteca publicar información digital para la comunidad y sobre la comunidad. Su idea fue entrevistar anualmente a miembros de la comunidad para identificar los problemas y preocupaciones a los que se enfrentan sus electores.
Ser un referente comunitario, continúa el artículo, es una manera de integrarse en la comunidad además de constituir una vía muy eficaz para poner de relieve las aptitudes y servicios que las bibliotecas ofrecen. Estas acciones, según se desprende de la experiencia expuesta, crean una unión muy valiosa entre las comunidades y las bibliotecas en un momento, por otra parte, en el que más apoyo necesitan las bibliotecas públicas para mantener su existencia y financiación.
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