Los poéticos, delicados y oníricos textos de Sarah Thomson se complementan con las fabulosas creaciones, representativas del realismo mágico, del canadiense Rob Gonsalves, un artista que ha bebido apasionadamente de Dalí, Escher o Magritte, pero que ha sabido crear su universo pictórico propio. En su obra se aúnan realidad e imaginación en las ilustraciones en las que todo es posible gracias a unas ilusiones ópticas que funden lo onírico, lo deseado, lo posible y lo irreal. Surge así un mundo paralelo que provoca en la percepción del espectador una gozosa e iluminadora visión.Los poéticos, delicados y oníricos textos de Sarah Thomson se complementan con las fabulosas creaciones, representativas del realismo mágico, del canadiense Rob Gonsalves, un artista que ha bebido apasionadamente de Dalí, Escher o Magritte, pero que ha sabido crear su universo pictórico propio. En su obra se aúnan realidad e imaginación en las ilustraciones en las que todo es posible gracias a unas ilusiones ópticas que funden lo onírico, lo deseado, lo posible y lo irreal. Surge así un mundo paralelo que provoca en la percepción del espectador una gozosa e iluminadora visión.
Imagina un lugar
Imagina un lugar... donde saltas, dando impulso, y aterrizas allí donde se inicia una nueva historia.
Imagina un lugar... donde el agua es sólida, la luz es líquida, el cielo un río helado que fluye bajo tus pies.
Imagina un lugar... donde no hay paredes que limiten tu fantasía.
Imagina un lugar... donde la libertad brota alegre como el agua y es ligera como una pluma que mece una suave brisa.