El juego del escondite sirve de hilo argumental para proponerle al prelector una dinámica de interacción en la que personajes con características muy definitorias (como su peso, estatura u otra peculiaridad corporal) se ocultan tras objetos cotidianos de una casa. Tanto el recurso de las solapas como el motivo narrativo son tan simples como eficaces. El juego del escondite sirve de hilo argumental para proponerle al prelector una dinámica de interacción en la que personajes con características muy definitorias (como su peso, estatura u otra peculiaridad corporal) se ocultan tras objetos cotidianos de una casa. Tanto el recurso de las solapas como el motivo narrativo son tan simples como eficaces.
Pigui juega al escondite
Pigui está contando... ¡Todo el mundo a esconderse! No, peque. ¡Detrás de tu bufanda, no!
¿Quién se esconde detrás del sofá? ¡Es grandullón! ¡Ufff, qué grande!