Cuentos desde el Reino Peligroso
Había una vez un perrito llamado Rover. Era muy pequeño y muy joven, pues de lo contrario se habría portado mejor; y era muy feliz jugando al sol en el jardín con una pelota amarilla, si nunca hubiera hecho lo que hizo. No todos los hombres viejos con los pantalones rotos son malos: uno son hombres de huesos y botellas y tienen sus perritos; y otros son jardineros; y algunos, muy pocos, son brujos que vagabundean como si estuvieran de fiesta, buscando algo que hacer. El que ahora entra en la historia era un brujo. Llegó a pie por el sendero del jardín, vestido con una vieja y andrajosa chaqueta, con una pipa en la boca y un viejo sombrero verde en la cabeza.