En esta nueva entrega de la serie «Sam Zipper», un crac incomprendido, al protagonista le vuelven a ocurrir inesperadas desgracias. Elabora planes descomunales que en las noches le hacen soñar con el éxito irremediable que cosechará al día siguiente en el colegio, cuando todos le admiren por sus imaginativos y complicados inventos. Pero como siempre, el plan se le complica, y Sam termina visitando el despacho del director. Un entretenido episodio que refleja la vida cotidiana y común de un aula de Primaria.
En esta nueva entrega de la serie «Sam Zipper», un crac incomprendido, al protagonista le vuelven a ocurrir inesperadas desgracias. Elabora planes descomunales que en las noches le hacen soñar con el éxito irremediable que cosechará al día siguiente en el colegio, cuando todos le admiren por sus imaginativos y complicados inventos. Pero como siempre, el plan se le complica, y Sam termina visitando el despacho del director. Un entretenido episodio que refleja la vida cotidiana y común de un aula de Primaria.
Cataratas a domicilio
Se oyó un pitido. Levanté la vista, y entonces el altavoz que estaba sobre la puerta volvió a crepitar y a zumbar. Y después se puso a temblar. ¡Estaba cobrando vida!
–¡Sam Zipper! –dijo el altavoz–. Preséntese de inmediato en el despacho del director.
Me tapé las orejas con las manos y me encogí en la silla. ¿Cómo sabía mi nombre esa caja que había en la pared? Era la primera hora de mi primer día de colegio y ya estaba pronunciándolo. Todos mis compañeros se quedaron mirándome. Algunos se reían por lo bajo.