Peter Pan
Todos los niños del mundo, menos uno, crecen. Y no sólo crecen, sino que enseguida saben que tienen que crecer. Wendy lo supo así: jugando un día en el parque, cuando tenía dos años, arrancó una flor y corrió a dársela a su madre. La señora Darling se llevó las manos al corazón y exclamó:
-¡Oh, por qué no te quedarás así para siempre!
Wendy era la hermana mayor, luego venía Juan y después Miguel. Por supuesto, tenían una niñera.