Una niña vive con sus padres en el campo, un sitio aburrido pero que cuenta con la naturaleza a su favor. Unas piedras, por ejemplo, en medio de un encinar, son el refugio preferido de Paula. Con lo que no contaba era con la aparición de un anciano que dice ser el Guardián del Tiempo, y que para demostrárselo la envía al Neolítico, 4.500 años atrás. En esa época, Paula conocerá a Nan, un chico como ella pero con costumbres bien diferentes, y con él vivirá emociones y aventuras dignas de la nueva amistad que nace entre ellos. Una niña vive con sus padres en el campo, un sitio aburrido pero que cuenta con la naturaleza a su favor. Unas piedras, por ejemplo, en medio de un encinar, son el refugio preferido de Paula. Con lo que no contaba era con la aparición de un anciano que dice ser el Guardián del Tiempo, y que para demostrárselo la envía al Neolítico, 4.500 años atrás. En esa época, Paula conocerá a Nan, un chico como ella pero con costumbres bien diferentes, y con él vivirá emociones y aventuras dignas de la nueva amistad que nace entre ellos.

Paula y el amuleto perdido

Paula vivía con sus padres en una vieja y solitaria casa de campo. Quizá fuera demasiado grande y antigua, no muy cómoda y bastante difícil de calentar en invierno; pero Paula no quería ni pensar en que un día pudieran dejarla para irse a vivir a algún cómodo piso en la cercana ciudad de Toledo. La valla de la finca en la que estaba situada la casa iba a dar a una estrecha carretera por la que casi no pasaban coches. Al otro lado de esa carretera había un encinar y una gran explanada de tierra rojiza...