A Milu le ha tocado vivir una situación difícil: su padre se ha abandonado al alcohol y su madre ha perdido la esperanza. Tiene una pequeña televisión y es su única compañía en ese momento. Le toca abandonar su casa y pasar una temporada en un centro de acogida y después con una pareja de cariñosos músicos. A pesar de las adversidades y de los apuros que le ha tocado vivir, Milu recuperará lo que había perdido. En este libro ilustrado el texto precede a las ilustraciones y marca la pauta, son sus imágenes las que permanecen en nuestro recuerdo una vez que lo hemos cerrado. Aitana Carrasco no se mueve en un registro complaciente, no abusa de la emotividad ni edulcora sus imágenes para ser condescendiente con el lector infantil. Al contrario, su trabajo, sincero y profundo, llegue incluso allí donde el escritor no se atreve y aporta una sensibilidad personal que huye del estereotipo inherente a tantos «libros solidarios».
A Milu le ha tocado vivir una situación difícil: su padre se ha abandonado al alcohol y su madre ha perdido la esperanza. Tiene una pequeña televisión y es su única compañía en ese momento. Le toca abandonar su casa y pasar una temporada en un centro de acogida y después con una pareja de cariñosos músicos. A pesar de las adversidades y de los apuros que le ha tocado vivir, Milu recuperará lo que había perdido. En este libro ilustrado el texto precede a las ilustraciones y... Seguir leyendo
Milu
Milu tenía en su habitación una televisión muy pequeña. Era su mejor amiga. Se la había traído su padre de regalo cuando trabajaba en el barco. Llegó un día, abrió la maleta y le dijo muy contento:
–¡Para ti, enana!
Milu aún era muy pequeña, casi tan pequeña como la televisión. Hacía poco que había comenzado a andar y a hablar. Se abrazó al juguete y gritó con alegría:
–¡Nana, Nana!