Mark Twain (1835-1910) es uno de esos genios de la literatura que hacen que un relato para adolescentes se convierta en un clásico que es preciso releer en la edad adulta, no sólo para recuperar la infancia a voluntad, sino porque sus aventuras de Tom Sawyer, de Huckleberry Finn o El forastero misterioso nos abren puertas insospechadas para reconocer todo lo de aventura que hay en la vida. Apto para todo público, entonces, en este libro encontramos a un niño inquieto que vive a orillas del Mississippi, cuidado por la tía Polly, una mujer muy estricta, que junto a su inseparable amigo Huckleberry Finn transitará la infancia intentando demorarla lo más posible.
Mark Twain (1835-1910) es uno de esos genios de la literatura que hacen que un relato para adolescentes se convierta en un clásico que es preciso releer en la edad adulta, no sólo para recuperar la infancia a voluntad, sino porque sus aventuras de Tom Sawyer, de Huckleberry Finn o El forastero misterioso nos abren puertas insospechadas para reconocer todo lo de aventura que hay en la vida. Apto para todo público, entonces, en este libro encontramos a un niño inquieto que vive a orillas del Mississippi, cuidado por la tía Polly, una mujer muy... Seguir leyendo
Las aventuras de Tom Sawyer
–¡Tom!
Silencio.
–¡Tom!
Silencio.
–¿Pero dónde se habrá metido este chico? ¡TOM!
Silencio.
La anciana se bajó las gafas y miró la habitación por encima de ellas; luego se las subió a la frente y miró por debajo. Nunca, o casi nunca, miraba a través de ellas para buscar algo tan insignificante como un niño; aquellas eran sus gafas de gala, su mayor orgullo, y estaban hechas para adornar, no para ver. De hecho, hubiera visto tan bien a través de dos tapas de cacerola como a través de aquellas gafas. Se quedó perpleja durante un instante, y luego dijo sin gritar, pero lo bastante alto como para que los muebles la oyeran...