Rita en apuros
Rita pensó por un momento que todo era perfecto. Y eso que la tarde en el colegio no había ido demasiado bien. Tal vez por ello llegó casi sin fuerzas al gimnasio para la clase de taekwondo e, incapaz de concentrarse, perdió todos los combates que disputó. Camino del vestuario recordó la frase que tantas veces había escuchado decir a su abuelo: «Hay días que uno se levanta con el pie izquierdo». No sabía por qué era el pie izquierdo precisamente, pero entendía lo que quería decir aquella frase popular: hay días que todo sale mal.