Verdi
En una pequeña isla tropical, el sol asomaba por encima de la húmeda selva. Una mamá pitón enviaba a sus crías al bosque, como hacen todas las madres pitones.
-¡Creced y haceos verdes! Tan verdes como las hojas de los árboles -dijo a sus pequeños hijos amarillos mientras se dispersaban alegremente entre los árboles.
Verdi, en cambio, vaciló. Con orgullo contemplaba su reluciente piel amarilla. Sobre todo le gustaban los llamativos dibujos que zigzagueaban por su espalda. "¿Para qué tanta prisa en crecer y volverse verde?", se preguntó.