Margarethe Maria Sackmeier, conocida como Gretchen, tenía catorce años, un tremendo complejo de gorda y, según los vecinos, una pandilla de sacos por parientes. Esta singular familia se ve envuelta en una serie de dificultades y enredos, cuya superación convertirá a la joven en candidata al papel de heroína. Christine Nöstlinger nos muestra el desparpajo de esta voluminosa familia con una prosa divertida y nerviosa, que alarga las frases hasta el delirio mediante continuas referencias y aclaraciones. La obra forma parte de una divertida trilogía protagonizada por Gretchen.
Margarethe Maria Sackmeier, conocida como Gretchen, tenía catorce años, un tremendo complejo de gorda y, según los vecinos, una pandilla de sacos por parientes. Esta singular familia se ve envuelta en una serie de dificultades y enredos, cuya superación convertirá a la joven en candidata al papel de heroína. Christine Nöstlinger nos muestra el desparpajo de esta voluminosa familia con una prosa divertida y nerviosa, que alarga las frases hasta el delirio mediante continuas referencias y aclaraciones. La obra... Seguir leyendo
Una historia familiar
Margarethe Maria Sackmeier, conocida como Gretchen, tenía catorce años y ojos del color gris de los guijarros del Danubio, cabellos castaño “cócker” y una diminuta nariz respingona. Medía un metro y sesenta centímetros y pesaba sesenta y cuatro kilos y trescientos gramos. Si era gorda o no, es algo difícil de precisar, pues ser gordo, como otras muchas cosas en la vida, es una cuestión bastante relativa. En el gimnasio, entre una Evelyn delgada como un palo y una Sabine flaca como una estaca dentro de sus trajes de gimnasia de la talla 36, Gretchen se encontraba a sí misma gordísima; más gorda que un cubo lleno de grasa y ganso.