Al cabo de una jornada de pesca en el río sin haber cobrado ni una pieza, llegó la sorpresa. Tenía que ser un barbo enorme, un monstruo, porque de un tirón rompió el hilo y arrambló no solo con el anzuelo, sino también con la boya y la plomada. El muchacho se quedó desolado con las manos vacías, pero sin permitir que la razón se impusiera, corrió a casa de sus abuelos a arreglar la caña y regresó al mismo lugar de la orilla para «ajustar cuentas» con el monstruo. En formato de álbum, ilustrado a base de estilizados collages, se recoge un recuerdo de José Saramago que lo sitúa de niño entregado a la pesca junto al Tajo y perdiendo a un pez que imagina extraordinario. Su relato ilustra una de esas batallas perdidas, universales, con las que la infancia va quedando atrás. El empecinamiento del niño que se rebela contra el sentido común –que habla por boca de su abuela–, sus sentimientos de frustración y tristeza, tan certeramente reflejados, hacen que nos reconozcamos en la aceptación de otras batallas perdidas.
Al cabo de una jornada de pesca en el río sin haber cobrado ni una pieza, llegó la sorpresa. Tenía que ser un barbo enorme, un monstruo, porque de un tirón rompió el hilo y arrambló no solo con el anzuelo, sino también con la boya y la plomada. El muchacho se quedó desolado con las manos vacías, pero sin permitir que la razón se impusiera, corrió a casa de sus abuelos a arreglar la caña y regresó al mismo lugar de la orilla para «ajustar cuentas» con el monstruo. En formato de... Seguir leyendo
El silencio del agua
Había salido con mis pertrechos a pescar en la desembocadura del Almonda, lo que llamábamos la «boca del río», donde por una estrecha lengua de arena se pasaba en esa época al Tajo, y allí estaba, ya el día hacía sus despedidas, sin que la boya de corcho hubiera dado ninguna señal de movimiento subacuático, cuando, de repente, sin haber pasado antes por ese temblor excitante que anuncia los tientos del pez mordiendo el anzuelo, la boya se sumergió de golpe en las profundidades, casi arrancándome la caña de las manos.