Expediente J: Avalancha
El zumbido lo delata. Me despejo en cuestión de segundos y escucho ese sonido. Hacía meses que no lo oía; es el inconfundible rumor de un ovni. Está sobrevolando mi casa. En cuanto me pongo un jersey y unos pantalones, vuelve el silencio. Me quedo a la espera.
Minutos más tarde, me llega el rugido de una motocicleta que viene por la calle, atravesando el frío de esta mañana de diciembre. Al asomarme por la ventana, distingo a un tipo con cazadora de cuero que aparca una Harley Davidson frente a mi puerta. Observo su figura moverse en la tenue luminosidad matutina.
–¿Todo bien, Benicio? –exclamo con espontaneidad fingida.