Bodas de la rana y el sapo
Esto era el sapo Gregorio y la rana Catalina. El sapo era muy lento. La rana, saltarina. Y tenía más ganas de novio que un gatito de sardinas. El sapo cuando era mozo había tenido un rabito. Pero esto fue mucho antes de encontrarse con el topo y de cambiarle su cola por aquellos grandes ojos. Desde entonces el sapito es buen mozo, aunque sin rabo. Y el topito está más ciego que un gatito enamorado.