Lazos de sangre. Instinto
Jane se estaba pelando de frío y pateaba el suelo sin parar para que los dedos de los pies no se le congelaran. Hacía un momento, de todos modos, había asegurado que lo hacía simplemente por la frustración que le provocaba tener que hacer cola e insistía en que fumar un pitillo tras otro le servía para calentarse.
–Esto es exasperante, de verdad –dijo Jane, arrojando la colilla a la acera mojada.