Uno de los placeres que nos ofrece la literatura es el de conocer a personajes verdaderamente singulares que, de otra forma, tal vez nunca habrían llegado a nuestras vidas. A veces sucede que después de leer una novela tenemos la sensación de que hemos encontrado a alguien muy especial, y eso a pesar de ser conscientes de que se trata de una figura ficticia. No es habitual toparnos con personajes de esta valía y es bastante fácil para el escritor que los crea incurrir en excesos a la hora de construir una personalidad excéntrica. Tras disfrutar de esta lectura, nos va a costar mucho olvidar a la Vieja Carola. Marcos afronta un nuevo verano en el pueblo, un sitio carente de emociones hasta la aparición de nuestra protagonista, una anciana que viste turbante y gafas negras y que acostumbra a tener entre sus manos una baraja francesa. Pronto surge la amistad entre ambos personajes, algo que tal vez hubiese evitado el pequeño de haber conocido el monumental lío que implica disfrutar de su presencia. Una simpática y original historia escrita con gran elegancia y sencillez, ideal para lectores de 9 a 11 años.
Uno de los placeres que nos ofrece la literatura es el de conocer a personajes verdaderamente singulares que, de otra forma, tal vez nunca habrían llegado a nuestras vidas. A veces sucede que después de leer una novela tenemos la sensación de que hemos encontrado a alguien muy especial, y eso a pesar de ser conscientes de que se trata de una figura ficticia. No es habitual toparnos con personajes de esta valía y es bastante fácil para el escritor que los crea incurrir en excesos a la hora de construir una personalidad excéntrica. Tras disfrutar... Seguir leyendo
La verdad sobre la vieja Carola
Me he metido en muchos líos en mi vida, pero probablemente el de que aquella noche fuera uno de los más gordos. Así me lo dijo mi hermana mientras yo abría la puerta de una casa desconocida, en una ciudad desconocida, con un propósito desconocido. Estaba metiendo la llave en la cerradura, cuando va y me dice: «Marcos, nos estamos metiendo en un lío muy gordo». Como si yo fuera idiota y no me diera cuenta. Pero bueno, Merche es así, tiene una habilidad especial para decir las cosas más obvias y hacerte sentir peor.