El soplido del Moloch
-¡Deja de fastidiarme! ¡Si hemos votado, hemos votado y punto!
¡La mala suerte se ceba conmigo, pero me resigno! Es necesario que uno de nosotros cuide del cascarón mientras los otros se sumergen en las delicias de Singapur. He sacado el palo corto y debo sacrificarme. ¡Nada de sollozos!...
-¿Sí? Bueno...
-Celebro que te lo tomes así. Si las sesenta botellas que te has hecho subir a bordo hubieran sido de limonada o de cualquier cosa sin alcohol, te hubiera propuesto quedarme en tu lugar, pero...
-¡Venga, di que quiero quedarme sólo para emborracharme, pedazo de...!
-¡Oh! ¡Vale! ¡Me rindo!