Viaje al centro de la tierra
Un domingo, el 24 de mayo de 1863, mi tío, el profesor Lindenbrock, volvió precipitadamente a su casa, sita en el número 19 de Königstrasse, una de las calles más antiguas del barrio viejo de Hamburgo.
La buena Marthe debió de creer que iba muy retrasada, ya que la comida apenas comenzaba a hervir en el fogón.
"Bueno –me dije-, si mi tío, que es el más impaciente de los hombres, viene con hambre, va a armar la de San Quintín."