Chuli
Chuli estaba decidido a poner orden en su cesto.
-¡Largo de aquí! -dijo a su conejo.
-¡Estáis asquerosos! -dijo a su pelota mojada y a su hueso mordido.
-¡Qué peste! -dijo a su maloliente manta.
Todos salieron volando por los aires.
-Así está mejor -dijo Chuli.
Pero no estaba mejor. Ahora su cesto era incómodo.