Dos cuentos con un denominador común, el nombre de Juan. Con un humor provocador y algo siniestro se parodian personajes de los cuentos tradicionales, que en este caso y dando la vuelta a la historia, nos mete en la piel de figuras como el gigante o el brujo, que ahora ejercen de protagonistas. El tono cómico del relato y las ilustraciones desenfadadas en blanco y negro desdramatizan situaciones que tradicionalmente han sido pensadas para dar miedo al lector.
Dos cuentos con un denominador común, el nombre de Juan. Con un humor provocador y algo siniestro se parodian personajes de los cuentos tradicionales, que en este caso y dando la vuelta a la historia, nos mete en la piel de figuras como el gigante o el brujo, que ahora ejercen de protagonistas. El tono cómico del relato y las ilustraciones desenfadadas en blanco y negro desdramatizan situaciones que tradicionalmente han sido pensadas para dar miedo al lector.
Juan y el Matagigantes y Brujojuan
En los viejísimos tiempos de antaño, cuando de noche escarchaba y al alba templaba todos los días del año, vivía en Cornualles un mozo al que llamaban Juan y que se hizo famoso como matagigantes. Pero esta historia no trata de ese Juan.Trata de otro que vivió mucho después y que hubiera dado un brazo, una pierna o un riñón por tener cualquier nombre menos el del gran héroe que mataba gigantes.