Juan era un niño especial, en lugar de hablar silbaba. Cuando fue a la escuela escuchaba y se comunicaba con los niños y profesores con su silbido que fue poco a poco teniendo matices diferentes. Su mejor amigo era Taleb que tampoco hablaba, solamente dibujaba. El protagonista descubrirá de una forma especial que tiene voz al sentir en peligro a una amiga en el bosque. La autora nos hace ver que los sentimientos cuando afloran pueden manifestar cosas ocultas de nosotros que desconocemos. La publicación ha recibido el tercer premio al Mejor libro infantil ilustrado por los Living Now Awards de Estados Unidos.
Juan era un niño especial, en lugar de hablar silbaba. Cuando fue a la escuela escuchaba y se comunicaba con los niños y profesores con su silbido que fue poco a poco teniendo matices diferentes. Su mejor amigo era Taleb que tampoco hablaba, solamente dibujaba. El protagonista descubrirá de una forma especial que tiene voz al sentir en peligro a una amiga en el bosque. La autora nos hace ver que los sentimientos cuando afloran pueden manifestar cosas ocultas de nosotros que desconocemos. La publicación ha recibido el tercer premio al Mejor libro infantil... Seguir leyendo
El silbido de Juan
Juan silbaba desde muy pequeño. Sus abuelas y abuelos, sus tíos y tías, los vecinos más cercanos, todos decían que eso venía de lejos, que un antepasado suyo se había hecho famoso por su forma de silbar.
Pero el problema era que Juan, a la edad a la que todos los niños comienzan a hablar, no hablaba: un silbido fue su primera palabra y, a medida que iba creciendo, para pedir lo que deseaba o expresar lo que sentía, solo silbaba.