La vida de un escarabajo puede ser dura, muy dura, viviendo en lugares malolientes y siempre a la caza de los residuos orgánicos que generamos los humanos. Pero si uno posee un talento fuera de lo común y es capaz de empatizar con elementos de otra especie, es posible que la realidad se vuelva de lo más emocionante. Así, Marvin, el insecto protagonista de esta novela, comprobará cómo su monótona existencia sufre una transformación gracias a esos dos elementos: su destreza para el dibujo y la amistad que establecerá con James, el hijo de los propietarios de la cocina donde Marvin pasa los días en compañía de los suyos. Juntos vivirán una aventura de lo más artística (¡con robo incluido!) en uno de los lugares propicios para ello, el conocido Museo Metropolitano de Nueva York. Ideal para pasar un rato muy entretenido con una lectura de calidad notable.
La vida de un escarabajo puede ser dura, muy dura, viviendo en lugares malolientes y siempre a la caza de los residuos orgánicos que generamos los humanos. Pero si uno posee un talento fuera de lo común y es capaz de empatizar con elementos de otra especie, es posible que la realidad se vuelva de lo más emocionante. Así, Marvin, el insecto protagonista de esta novela, comprobará cómo su monótona existencia sufre una transformación gracias a esos dos elementos: su destreza para el dibujo y la amistad que establecerá con... Seguir leyendo
El misterio del cuadro robado
Una emergencia familiar
La familia de Marvin vivía en un rincón húmedo del armario situado debajo del fregadero de la cocina, donde una tubería que goteaba había ablandado el yeso, provocando que se descascarillara. Justo detrás de la pared habían excavado tres amplias habitaciones. Sus padres solían decir que vivían en un sitio perfecto. Era un hogar cálido gracias a las tuberías de agua caliente incrustadas en la pared; húmedo, lo que hacía fácil escarbar, y oscuro y mohoso como el resto de casas donde donde habían estado. Pero lo mejor era que de la papelera blanca de plástico que colgaba de un lateral no paraban de caer desperdicios: corazones de manzana, migas de pan, cáscaras de cebolla y envoltorios de caramelos, lo que convertía el armario en un sitio ideal para buscar comida.
Marvin y sus parientes eran escarabajos Tenían caparazones negros brillantes, seis patas y una excelente visión nocturna.