Un rey muy poderoso nombró a un hombre muy serio y trabajador virrey de sus tierras del Imperio del Sol. Este viajó por todo el territorio para tratar a sus gentes y conoció a una narradora que relataba cuentos y leyendas. Gracias a ella supo del origen del cóndor y tuvo uno en su palacio. Pasado el tiempo el virrey regresó a su ciudad natal, repartió sus bienes y a la narradora le dio el cóndor. Ella lo dejó en libertad, pero una pluma del animal se desprendió y la narradora la dividió en dos, una para ella y otra para el virrey. Si tuvieran dificultades con solo acariciar la pluma el cóndor los ayudaría. Se casó el virrey pero su mujer cayó muy enferma. Gracias a la ayuda de varias personas y del cóndor consiguió el único remedio para curar a la virreina: el elixir del sol.
Un rey muy poderoso nombró a un hombre muy serio y trabajador virrey de sus tierras del Imperio del Sol. Este viajó por todo el territorio para tratar a sus gentes y conoció a una narradora que relataba cuentos y leyendas. Gracias a ella supo del origen del cóndor y tuvo uno en su palacio. Pasado el tiempo el virrey regresó a su ciudad natal, repartió sus bienes y a la narradora le dio el cóndor. Ella lo dejó en libertad, pero una pluma del animal se desprendió y la narradora la dividió en dos, una para ella y otra... Seguir leyendo
El Elixir del Sol
Se busca virrey
Una vez había un rey muy poderoso. De todo tenía, mas no sabía cuánto había. Sus tierras, repartidas por doquier, estaban tan alejadas unas de otras que en su reino nunca se ponía el sol.
- Cuando en el Norte de su reino es de noche, en el Sur apenas empieza el día- eclamaban con rabia algunos reyes coétaneos suyos.